lunes, diciembre 11, 2006

Encierros

Terminar el año sin haberse convertido en dos afilados cuchillos clavados en la carne del mundo los pilló desprevenidos. Encerrados en el bunker anestesiaron durante dos días la cercanía de tantas muertes (ya la oigo respirar en mi oído, la nuestra será una muerte acantilado, no quiero puñal sino guillotina, no quiero vísceras ni verbenas ni puentes, quiero cerrar la puerta y ser historia). El suelo donde se libran las batallas tiene sus propios mecanismos de memoria: la piel serán las sobras, blanquecina por la cal de los excesos; piel-lienzo para minúsculas heridas que sangrarán hasta volver a casa.

“Tots dos vam voler ser heura enfiladissa
I cap dels dos mur que roman”

Y de pronto una revelación y cree poder plantarle cara a la muerte. Pero ha sido sólo un momento. Demasiadas caricias en el aire viciado del encierro.

3 Comments:

Blogger La Otra said...

uve,
tienes más fuerza que todas las letras del abecedario.
te persigo.

10:22 p. m.  
Blogger I M Q said...

nada que ver, o acaso...

Cercàvem or i vam baixar a la mina.
I la foscor s'il.luminà de sobte
perquè érem dos a contradir la nit.

1:25 p. m.  
Blogger República B612 said...

Potser perquè de tant mirar-nos ens mesclàvem. Potser perquè de tant tocar-nos ens foníem. Potser perquè la meva olor em fa pensar en tu i els meus calçotets m'exciten. Potser per això la mort encara em fa por. Potser si jo no respiro a tu et falti l'aire. Per sort, mai podré compravar-ho.

10:21 p. m.  

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